
Y ya ha llegado el domingo, ese día que esperabas que no llegase. Que sea domingo significa que solo te queda un día para estudiar y todavía te quedan 6 o 7 temas de biología aunque mates lo tienes niquelado. Que te queden 6 o 7 temas de biología implica que o estudias como un condenado o te quedas hasta las tantas memorizando con un elevado número de cafés, que es lo que le pasará al 85% de la promoción. Se van pasando las horas y ya te vas quedando sin tiempo. Es en ese momento cuando el corazón se te para y piensas en el examen que te pondrá, en el suspenso y la cara que se te va a quedar cuando te lo entregue para hacerlo, y después el castigo de tus padres, por lo que intentas lo que sea para acordarte, pero ya es tarde, ese momento que no deseabas que llegase ha llegado. ¡Se ha acabado el fin de semana!.
Al día siguiente, ya siendo lunes, llegas a clase y tus compañeros te ven con cara de zombie y te preguntan que si te lo sabes, y les respondes que más o menos, más menos que más. Llega la hora del examen, te lo entregan,te dicen que no le des la vuelta hasta que estén todos, se te para el corazón, te dicen que le des la vuelta, te santiguas, empiezas a leer y te das cuenta de que Dios está de tu lado porque son las preguntas que te había dado tiempo a estudiar, respiras aliviado.
Esto es lo que nos suele ocurrir en las semanas de exámenes.
Martín A.
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