Siempre es muy fácil echar la culpa otros cuando el error lo has cometido tú, sin embargo, que difícil es asumir lo que hemos hecho mal y asumir nuestros errores aunque luego queramos corregirlos.
Un día un amigo me dijo que le habían expulsado de clase porque el profesor creía que él había dicho una tontería, la cual el no la había dicho, y me dijo que iba a matar al que la dijo. Entonces me quede pensando y me pregunté a mí mismo que porqué había sido el otro tan mala persona de no haber dicho que había sido él.
Ahora me doy cuenta que decir la verdad es muy pero que muy difícil, y por eso siempre intentamos que otro cargue con nuestro muertos y se coma nuestros marrones, pero me da a mi que esto es por ley de vida y que el hombre es y será siempre así.
Sin embargo, cuanto nos gusta que nos reconozcan cuando hemos hecho algo bien y dicen que el que lo ha hecho ha sido el otro. En esta situación nos ponemos histéricos hasta que nos reconocen lo que hemos hecho bien y que no lo ha hecho el otro. ¿Esto no se tendría que aplicar también en el otro caso?. Piensalo. ¿Cuántas veces le han echado la culpa a otro cuando en realidad habías sido tú?.
Martín A.
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